¡Bienvenidos al lado B de Mallorca! La isla que no te cuentan
Mallorca esconde secretos fascinantes más allá de sus playas abarrotadas y los típicos destinos de postal. En esta maravilla mediterránea existen rincones poco conocidos de Mallorca que conservan la esencia auténtica de la isla, auténticos refugios donde respirarás paz y te sentirás como un verdadero descubridor. La mayor de las Baleares no es solo el destino de fiesta y sombrillas que todos conocen; es un paraíso de calas escondidas, miradores que te dejarán sin aliento, castillos medievales y senderos con siglos de historia que revelan una Mallorca diferente, íntima y absolutamente alucinante.
Para cazar estos tesoros escondidos, necesitarás espíritu aventurero y, casi imprescindible, tener ruedas propias. La libertad de alquilar coche en Mallorca te abrirá puertas a lugares que los turistas convencionales jamás verán. ¡Prepárate para un viaje por diez lugares que te harán enamorarte de la isla como nunca pensaste!
La otra cara de la isla: Donde los locales guardan sus secretos
Aunque Mallorca recibe millones de visitantes cada año, su geografía accidentada y diversa ha mantenido algunos rincones a salvo de las hordas turísticas. La sierra de Tramuntana, ese precioso Patrimonio de la Humanidad, esconde verdaderos tesoros, mientras que algunas calas requieren tanto esfuerzo para llegar que solo los más decididos disfrutan de sus aguas cristalinas.
La historia de estos lugares es fascinante: desde torres de vigilancia donde los mallorquines avistaban piratas hace siglos, hasta caminos de herradura por donde transitaban cartas y mercancías antes de que existieran los coches. Cada uno de estos diez lugares cuenta una historia diferente de la Mallorca auténtica que muchos buscan pero pocos encuentran.
10 rincones secretos de Mallorca que te dejarán sin palabras
1. Cala Tuent: El paraíso escondido que vale cada curva del camino
Cala Tuent es uno de esos rincones mágicos que compensan con creces el reto de llegar hasta ellos. Ubicada en la cara norte de la Sierra de Tramuntana, esta cala de aguas imposiblemente turquesas se encuentra abrazada por imponentes acantilados y vigilada por el majestuoso Puig Major. Aquí no encontrarás la típica arena fina, sino cantos rodados que contribuyen a esa transparencia del agua que parece irreal.
La carretera para llegar (Ma-2141) es toda una aventura: curvas que quitan el hipo y vistas que quitan el aliento. Después de ese trayecto, cuando finalmente aparece ante tus ojos el contraste entre el azul profundo del mar y el verde de los pinos que casi besan el agua, entenderás por qué merece la pena el esfuerzo.
Truco de viajero: Visita Cala Tuent entre semana y a primera hora de la mañana. Las pocas plazas de aparcamiento se llenan rápido, especialmente en verano, y podrías quedarte sin el premio tras hacer todo el camino.
2. Mirador de Ses Ànimes: Un balcón suspendido entre el cielo y el mar
El Mirador de Ses Ànimes, también conocido como Torre des Verger, es uno de esos lugares que te hacen soltar un «¡wow!» involuntario. Esta antigua torre de vigilancia del siglo XVI se alza sobre un acantilado vertiginoso en la costa de Banyalbufar, ofreciendo unas panorámicas que quitan el hipo de la costa noroeste de Mallorca.
Llegar hasta este mirador natural es sencillo si vienes con coche desde Palma dirección Banyalbufar. Lo complicado será marcharte de allí, porque las vistas son absolutamente hipnóticas: el azul infinito del Mediterráneo, el sol reflejándose en las aguas y, si tienes suerte, algún barco diminuto navegando a lo lejos.
3. Castillo de Alaró: Donde las nubes abrazan la historia
Pocos lugares combinan historia, aventura y paisaje como el Castillo de Alaró. Situado a más de 800 metros de altura sobre un monte escarpado, estas ruinas medievales cuentan historias de resistencia y valentía. Lo que queda de esta fortaleza, documentada desde época musulmana, parece fundirse con la roca viva, creando una imagen de postal que parece sacada de una película de fantasía.
El camino hacia el castillo es parte de su encanto. Una ruta senderista que parte del pueblo de Alaró te llevará hasta arriba en aproximadamente una hora y media, entre bosques de encinas y vistas increíbles del valle central de la isla. Al llegar, además de las ruinas del castillo y la ermita, encontrarás un refugio donde puedes comer o incluso pasar la noche – ¡sí, dormir en un castillo medieval es posible aquí!
4. Cala Murta: La hermana tímida de Formentor
En el extremo norte de Mallorca, donde la península de Formentor se adentra en el mar como la proa de un barco, se esconde Cala Murta. Mientras todos los turistas se agolpan en la vecina y famosa Playa de Formentor, esta pequeña cala permanece relativamente tranquila, como un secreto bien guardado.
Sus aguas de un azul profundo, enmarcadas por bosques de pinos que llegan hasta el borde del mar, crean un entorno idílico para quienes buscan paz y naturaleza en estado puro. El acceso es sencillo en coche, tomando el desvío señalizado en la carretera hacia el Faro de Formentor, pero muchos visitantes pasan de largo sin saber la joya que dejan atrás.
5. Caló des Moro: La piscina natural mejor guardada del sur
Si existe un paraíso escondido en Mallorca, ese es Caló des Moro. Esta pequeña cala cerca de Santanyí parece sacada de un folleto turístico de aguas tropicales: arena blanca y aguas de un turquesa tan intenso que parece irreal. Su tamaño diminuto y el acceso algo complicado la han mantenido fuera del radar turístico masivo durante años, aunque su fama crece exponencialmente gracias a las redes sociales.
Para llegar necesitarás aparcar en las inmediaciones y luego caminar unos 15 minutos por un sendero rocoso, a veces resbaladizo. El esfuerzo vale cada paso cuando finalmente te asomas y ves esa hendidura en la costa como una piscina natural perfecta.
Consejo local: Visítala fuera de julio y agosto, e idealmente a primera hora o a última de la tarde. De lo contrario, podrías encontrarte este pequeño paraíso demasiado concurrido.
6. Ermita de Betlem: Paz y vistas panorámicas garantizadas
En la península de Artà, alejada de los circuitos turísticos habituales, se encuentra la Ermita de Betlem, un remanso de paz a unos 280 metros sobre el nivel del mar. Este antiguo monasterio del siglo XIX, con su aspecto sobrio y austero, invita a la reflexión mientras contemplas unas vistas espectaculares de la bahía de Alcúdia.
El camino hacia la ermita es un placer en sí mismo: campos de olivos, cabras montesas en las laderas y el aroma de plantas aromáticas acompañan el ascenso. Desde el parking hasta la ermita hay que caminar unos 20 minutos, pero el paseo es tan agradable que apenas lo notarás.
7. S’Estaca: El paraíso privado que se abre al público
S’Estaca es uno de esos lugares que combinan leyenda, belleza natural y un toque de glamour hollywoodiense. Esta finca histórica, situada entre Deià y Valldemossa, fue propiedad del archiduque Luis Salvador de Austria en el siglo XIX y más recientemente del actor Michael Douglas. Su ubicación, encaramada en la costa escarpada de la Tramuntana con vistas privilegiadas al Mediterráneo, es sencillamente espectacular.
Aunque la finca en sí es privada, la pequeña cala que hay junto a ella es accesible al público, eso sí, tras un descenso a pie bastante empinado desde la carretera de Valldemossa a Deià. El esfuerzo compensa cuando descubres este rincón de aguas cristalinas lejos del bullicio, donde las casitas de pescadores de vivos colores añaden un encanto especial al entorno.
8. Cala Mitjana: El secreto mejor guardado de Llevant
En la costa este de Mallorca, entre Cala d’Or y Portocolom, se esconde Cala Mitjana, una joya natural que permanece relativamente desconocida para el turismo masivo. Esta pequeña cala virgen de arena blanca y aguas transparentes se encuentra flanqueada por acantilados bajos y pinos que llegan hasta casi la orilla, creando un escenario de postal.
El acceso requiere cierto esfuerzo: hay que dejar el coche en la carretera que va de Cala d’Or a Portocolom y caminar unos 15 minutos por un sendero no siempre bien señalizado. Esta dificultad de acceso es precisamente lo que la mantiene como un tesoro escondido, lejos de las multitudes.
9. Camí des Correu: La ruta postal que une mundos
El Camí des Correu (Camino del Correo) no es una playa ni un mirador, sino algo igualmente especial: una ruta histórica que conecta Esporles con Banyalbufar atravesando algunos de los paisajes más espectaculares de la Sierra de Tramuntana. Este antiguo camino empedrado servía para transportar el correo entre pueblos en tiempos donde no existían carreteras.
Recorrer sus 6,5 kilómetros es como viajar en el tiempo: muros de piedra seca, olivos centenarios, casas tradicionales de piedra y unas vistas impresionantes del mar y las montañas. La ruta no es excesivamente difícil y se puede completar en unas 2-3 horas a ritmo tranquilo. Ideal para los amantes del senderismo que quieren conocer la Mallorca más auténtica.
10. Cap de Ses Salines: El fin del mundo mallorquín
En el extremo sur de Mallorca, donde la isla parece querer alcanzar África, se encuentra el Cap de Ses Salines. Este cabo salvaje y ventoso marca el punto más meridional de Mallorca y ofrece paisajes costeros de una belleza agreste y virgen. El faro que corona el cabo, construido en 1863, añade ese punto fotogénico a un entorno ya de por sí espectacular.
La carretera que lleva hasta el faro atraviesa zonas de salinas (de ahí su nombre) donde, con algo de suerte, podrás avistar flamencos y otras aves acuáticas. La sensación de estar en el fin del mundo, con el horizonte marino extendiéndose hasta donde alcanza la vista y la isla de Cabrera asomando en la distancia, es sencillamente mágica.
La experiencia completa: Cómo disfrutar de estos tesoros escondidos
Descubrir estos rincones poco conocidos de Mallorca supone una experiencia totalmente diferente a la del turismo convencional. Aquí tienes algunas claves para aprovechar al máximo tu aventura:
Qué ver y hacer
- Atardecer desde el Mirador de Ses Ànimes – un espectáculo natural imperdible
- Nadar en las aguas cristalinas de Caló des Moro, como flotar en una piscina natural
- Seguir las huellas de la historia en el Castillo de Alaró
- Fotografiar las casitas de pescadores de colores en S’Estaca
- Avistar aves en las salinas cercanas al Cap de Ses Salines
- Hacer snorkel en Cala Mitjana, un acuario natural
- Recorrer el Camí des Correu como los antiguos carteros mallorquines
Horarios y mejor época La mayoría de estos lugares son espacios naturales abiertos sin horario específico, aunque se recomienda visitarlos con luz diurna y evitar los meses de julio y agosto, cuando incluso estos rincones secretos pueden estar más concurridos. Mayo, junio, septiembre y octubre ofrecen un clima perfecto y mucha más tranquilidad.
Accesibilidad Estos diez tesoros tienen algo en común: la mejor manera de llegar a ellos es disponiendo de coche propio. Los coches en el aeropuerto de Mallorca son la opción más práctica para empezar tu aventura nada más aterrizar. El transporte público es limitado o inexistente en muchos de estos lugares, y los taxis resultarían prohibitivamente caros para estas excursiones.
Información práctica: La logística de tu aventura
Cómo moverte por la isla Mallorca no es una isla pequeña (tiene unos 100 km de este a oeste), y sus carreteras secundarias pueden ser sinuosas, especialmente en la Sierra de Tramuntana. Calcula bien los tiempos y no sobrecargues tu agenda diaria. Una buena planificación marcaría la diferencia entre disfrutar tranquilamente o pasarte el día conduciendo.
Cuando visitar Aunque Mallorca disfruta de buen clima casi todo el año, la mejor época para descubrir estos rincones secretos es la primavera (abril-junio) o el principio del otoño (septiembre-octubre). Evitarás el calor extremo del verano, encontrarás menos gente y disfrutarás de precios más económicos.
5 consejos imprescindibles para explorar los rincones secretos de Mallorca
- Madrugar compensa. Llegar temprano a lugares como Caló des Moro o Cala Tuent no solo te asegura encontrar aparcamiento, sino disfrutar del lugar casi en soledad.
- Prepara bien el equipo. Calzado adecuado para terrenos rocosos, protección solar, agua suficiente y algo de comida son imprescindibles, especialmente en calas alejadas donde no hay servicios.
- Descarga mapas offline. En algunas zonas remotas la cobertura móvil puede ser limitada. Tener mapas descargados en tu móvil te evitará sustos.
- Respeta el entorno. Estos lugares se mantienen vírgenes gracias al cuidado de quienes los visitan: no dejes basura, no cojas «recuerdos» naturales, y respeta la flora y fauna local.
- Llena el depósito. Algunas zonas, especialmente en la Sierra de Tramuntana o el extremo sur de la isla, tienen pocas gasolineras. Mantén siempre al menos medio depósito si planeas aventurarte por estas carreteras.
Los complementos perfectos: Qué más ver cerca
Cada uno de estos diez tesoros escondidos puede ser el plato principal de una excursión que incluya otras joyas cercanas. Algunas combinaciones ideales:
Cerca de Cala Tuent y S’Estaca:
- Sa Calobra y el Torrent de Pareis (a 10 minutos de Cala Tuent)
- El pueblo de Deià (a 15 minutos de S’Estaca)
- Valldemossa y su Cartuja (a 20 minutos de S’Estaca)
En la zona de Cap de Ses Salines:
- La playa natural de Es Trenc (a 25 minutos)
- El pintoresco pueblo de Santanyí (a 20 minutos)
- El Parque Natural de Mondragó (a 30 minutos)
Cerca del Castillo de Alaró:
- El pueblo tradicional de Orient (a 15 minutos)
- Las Fuentes de Ufanes, un espectáculo natural cuando llueve (a 30 minutos)
- El Santuario de Lluc (a 45 minutos)
La gastronomía local Estas zonas menos turísticas son ideales para descubrir la auténtica cocina mallorquina. No te pierdas:
- Los embutidos tradicionales como la sobrasada
- El pa amb oli (pan con aceite, tomate y acompañamientos varios)
- Los cocarrois (empanadillas vegetales típicas)
- El frito mallorquín (salteado de verduras, patatas y carne)
- Los vinos locales, cada vez más reconocidos internacionalmente
Itinerario de ensueño: Un día entre tesoros escondidos
¿Solo tienes un día para explorar? Aquí tienes una ruta perfectamente factible que combina varios de estos tesoros escondidos:
8:00 AM: Recoger el coche de alquiler y salir temprano de Palma hacia la Sierra de Tramuntana.
9:30 AM: Llegada al Mirador de Ses Ànimes para disfrutar de las vistas matutinas con menos gente.
10:30 AM: Continuar por la espectacular carretera de la costa hasta Deià.
11:30 AM: Bajar a S’Estaca (caminata de unos 30 minutos) para disfrutar de un baño en sus aguas cristalinas.
13:30 PM: Almuerzo en algún restaurante local de Deià, quizás con una deliciosa paella de marisco.
15:00 PM: Continuar hacia Sa Calobra y Cala Tuent (preparate para curvas).
16:30 PM: Relax y baño en las transparentes aguas de Cala Tuent.
18:30 PM: Iniciar el regreso, quizás con una parada para contemplar el atardecer desde algún mirador de la carretera.
20:30 PM: Cena en algún pueblo como Valldemossa o ya de vuelta en Palma.
Curiosidades que sorprenden
- El Camí des Correu era tan importante que los carteros lo recorrían diariamente con cualquier climatología, incluso con nieve en invierno.
- El Castillo de Alaró fue uno de los últimos reductos de resistencia musulmana cuando Jaime I conquistó Mallorca en el siglo XIII.
- S’Estaca era el refugio amoroso del Archiduque Luis Salvador y su amante, Catalina Homar, lejos de las convenciones sociales de la época.
- Desde el Cap de Ses Salines, en días muy claros, algunos aseguran haber divisado la costa norte de África.
- Cala Mitjana fue utilizada por contrabandistas durante gran parte del siglo XX para desembarcar mercancías de forma clandestina.
- La Torre des Verger (Mirador de Ses Ànimes) debe su nombre a las almas («ànimes» en mallorquín) de los náufragos que, según la leyenda local, vagan por sus acantilados en noches de tormenta.
- Caló des Moro era prácticamente desconocido para los turistas hasta hace apenas una década.
- El agua de Cala Tuent es notablemente más fría que en otras playas de la isla debido a corrientes submarinas que vienen directamente del norte.
- La Ermita de Betlem fue abandonada por los ermitaños en 2010, tras más de dos siglos de presencia ininterrumpida.
- Una antigua leyenda dice que quien beba agua de las fuentes cercanas al Castillo de Alaró, volverá siempre a Mallorca.
FAQs: Lo que siempre quisiste saber
¿Son accesibles estos lugares para todos?
Algunos, como el Mirador de Ses Ànimes o Cap de Ses Salines, son fácilmente accesibles incluso para personas con movilidad reducida. Otros, como el Castillo de Alaró o Caló des Moro, requieren buena forma física y capacidad para caminar por terrenos irregulares.
¿Se puede llegar en transporte público?
Lamentablemente, la mayoría de estos lugares no están bien conectados por transporte público. Algunos pueblos cercanos sí tienen servicio de autobús desde Palma, pero luego habría que caminar distancias considerables o contratar taxis locales.
¿Hay servicios básicos como baños o restaurantes?
En lugares como S’Estaca o Caló des Moro no encontrarás ningún servicio. La Ermita de Betlem y el Castillo de Alaró tienen baños básicos y posibilidad de comprar agua o algún refrigerio. En el resto, deberás ser autosuficiente.
¿Es seguro visitar estos lugares?
Son perfectamente seguros, pero siempre con las precauciones habituales para entornos naturales: calzado adecuado, agua suficiente, protección solar y teléfono móvil cargado. Algunos caminos pueden ser resbaladizos o estar poco señalizados.
¿Cuánto tiempo necesito para ver todos estos lugares?
Idealmente, dedicarías un mínimo de tres días para visitarlos sin prisas. Con una semana, podrías combinarlos con otras atracciones cercanas para una experiencia más completa de la isla.
¿Merece la pena alquilar un 4×4?
No es necesario. Todos estos lugares son accesibles con un coche normal, aunque en algunos casos (como para llegar a algunas calas) un vehículo con mayor altura libre podría darte más tranquilidad.
¿Se puede acampar en alguno de estos sitios?
La acampada libre está prohibida en toda Mallorca. Existen áreas de acampada autorizada en algunas zonas de la isla, pero ninguna en estos enclaves específicos.
Mallorca más allá de las postales
Mallorca atesora rincones de una belleza sublime que resisten al turismo masivo, preservando la autenticidad de una isla que es mucho más que sol y playa. Descubrir estos diez tesoros escondidos supone conectar con la esencia más profunda de la mayor de las Baleares: sus paisajes imponentes, su historia milenaria y ese carácter mediterráneo que seduce a primera vista.
Aventurarse fuera de las rutas marcadas implica cierto esfuerzo, sí, pero la recompensa es incalculable: playas donde aún es posible encontrar soledad, miradores que cortan la respiración, senderos que cuentan historias de siglos pasados… Experiencias que se quedan grabadas en la memoria mucho después de que el bronceado se haya desvanecido.
La próxima vez que visites Mallorca, atrévete a explorar su cara menos conocida. Alquila un coche, llena la mochila de agua y curiosidad, y lánzate a descubrir estos diez rincones secretos. La verdadera Mallorca te espera, lejos del bullicio, en cada curva de sus carreteras secundarias.